lunes, 30 de diciembre de 2013

Telempatía visual

Él siempre se comportaba de forma extraña, tenía un andar peculiar y casi nunca podías haberle oído hablar, quizás susurrar o maldecir para sí mismo. Pero era un chico muy atento, misterioso, que no necesitaba mirarte a la cara cuando te dirigías a él, porque la mayor parte del tiempo solo respondía "nada". Se podría decir que si muriera mañana, nadie acudiría a su entierro. Ni si quiera él.
Su manera de abstraerse era envidiable. Podrían estar diciendo lo que fuera en clase, podría estar sucediendo lo que fuera en la calle, que nada le distraía de su camino ni de su objetivo. Ponía la mirada fija siempre en la nuca de la gente, y nunca se daban cuenta de ello. Quizás podías sentir un escalofrío como si alguien se hubiera introducido en tu cabeza, pudiera ver todos tus pensamientos y volverse a ir cogiendo lo que hubiera querido, pero no era capaz de usar la información a su favor. Sí, creía que podía ver a través de los ojos de la gente, que podía sentir lo que ellos sentían a distancia, solo con ver. Y esa era una habilidad un tanto extraña. ¿De qué te servía saber qué estaban mirando los demás? Porque a menos que hubiera algún peligro y hubiera alguien que lo viera el primero, y tuviera que enterarse todo el mundo para poder escapar o enfrentarse ante la amenaza que se viniera encima, no parecía de lo más útil ni provechoso pasarse el tiempo mirando a sus compañeros y compañeras mirar al papel.
Por lo demás, era un chico aplicado, pero dentro de la media, nunca sacaba más ni menos nota que la más lista de la clase. Donde destacaba era en su apatía hacia el resto de compañeros. No hacía caso de los novatadas que trataban de colarle los más gamberros del aula, y ni si quiera prestaba atención a las charlas de los profesores cuando alguno se pasaba de listo. Era, en el fondo, un chico tranquilo pero que no le gustaba que le tomaran a cachondeo aunque su habilidad no confesa era para tomárselo a broma. ¿Quién le iba a creer? ¿Para qué? Solo necesitaba el convencimiento que había que tener para creer en su poder.
Pero toda habilidad puede provocar desastres si se controla mal, o si se hace un mal uso de ella. Por ejemplo en la carretera. Una vez, viajando atento de copiloto sin hacer mucho caso a los niños del coro que se oían por la radio nacional, desde una rotonda, puso su atención sobre el conductor de un coche rojo matrícula 1973AM que iba a más de 90km/h por una carretera de una ciudad, y vio lo que nadie hubiera querido ver... un siniestro total. Se empotró contra un coche familiar con tres hijos, incluido el bebé a bordo como podías ver en el estampado de la luna rota.
No pudo menos que sentirse culpable por haber visto todo aquello. Claro, no es lo mismo si ignoras qué ha sucedido, pero si has estado presente, si has sido testigo visual de lo ocurrido, no podías por menos sentirte afectado, y más pasando de largo de aquel accidente que pensó que podía incluso haberlo evitado. Toda una tragedia para su poder, y su alegría ya que la desgana le invadió el cuerpo y se le apoderó de él un pesimismo que le haría mirar hacia abajo durante el resto de su vida.
No volvió a mirar a nadie a la cara, más que a los pies, ni mucho menos a los ojos que los evitaba. Se ponía detrás en el aula y creyó de una vez por todas que debería dejar de usar su poder. Podía provocar muchas cosas indeseadas, y como él no deseaba nada más, simplemente se dejó llevar por el paso del tiempo.
No levantaba cabeza, no aprobó nunca más, y eso que estaba atento a las charlas de los profesores, pero se negaba a participar, ni si quiera a coger el boli y a escribir en una hoja de papel que se supone que calificaba sus conocimientos pero no sus habilidades tan interesantes como la de ver a través de los ojos de los demás.
-Pobrecito.
Se apenaba la gente de él.
-¿Qué será de él?
Se apiadaban.
Ya se lo imaginan, un personaje, o un loco, que se creía que tenía un poder, pero más que eso, dejó de creer en sí mismo. ¿Qué más da que no viese a través del resto?¿Qué importaba que no pudiera sentir lo que los otros veían? Una verdadera lástima porque ahora no verían más que eso, pena y sufrimiento. Nadie nunca supo lo que él creía, ¿cómo iban a animarle? ¿Cómo? Si nunca ha hecho o dicho nada, ¿porqué querrían ahora levantarle el ánimo?
-Mírale.
-¿Qué le pasará?
-No sé... pero está destrozado.
-Quizás fuera por el examen de ayer.
-Qué va, no creo. Ni se molestó en mirarlo. Cogió y se fue.
-Tal vez está frustrado... a mi me suele pasar, pero de normal intento hacer algo para evitarlo.
-¿El qué?
-Hablar, supongo. Con eso basta.
-No creo que hablar solo le ayude.
-¿Qué dices? Digo ir a hablar con él. Preguntarle o algo... no sé.
-Tío, está loco. No le ha dicho hola nunca a nadie.
-Bueno, pero antes saludaba con la mirada. Te dejaba la puerta abierta cuando entraba puntual y sabía que tú llegabas tarde. Incluso, una vez, le vi recoger la basura que otros habían tirado jugando a ver quién encestaba más bolas de papel.
-Sí, y cuando hicimos la guerra de bolas ni se inmutó. Aunque le diera con una bola de papel en la cabeza.
"Aquel día estaba obnubilado por la flagrante presencia de mi compañera Marta. Nos habían cambiado de sitio mes y medio atrás, recién entrada la primavera, y desde entonces la veía cada mañana alegre sonreír y sentarse más y más veraniega. Se giraba de vez en cuando a pedirme prestado algo, un lápiz, un bolígrafo, o un consejo como aquel sobre si le quedaba mejor el pelo suelto o recogido. Ese día quedé sin palabra, me quedé boquiabierto pudiendo haber emitido algún gutural sonido mientras se soltaba el pelo y cuando me miró no hice otra cosa más que sonreír y asentir con la cabeza aunque en ese mismo momento me cayera una bola en la coronilla. Esa vez no se me pasaba por la cabeza "Puedes quedártelo." sino más bien "Te quiero, y eres lo mejor que me habrá pasado nunca."... pero me dijo que no. Nos cambiaron nuevamente de sitio y ya no nos volvimos a dirigir la palabra.
Salva se acercó a mi. Un chico amable y con carisma, de pelo negro corto, que le gustaba mirar a través de la ventana y correr por el patio. Nunca había hecho nada malo."
-Hey, tío, ¿qué te pasa? -estaba con la cabeza agachada apoyando su peso entre sus brazos cruzados a modo de escudo protector.
-Es curioso, -dije por primera vez en mucho tiempo.- no sabría decirte porqué...
Normal, pensaría seguro.
-...pero sabía que ibas a venir a preguntarme eso mismo.
-¿Un déjà vu? -pronunció a duras penas más tirando hacia una "i".
-¿Un qué?
-Si hombre, ya sabes, eso de que "has visto" algo antes de que ocurriera, o tu cerebro lo interpreta así.
Nadie me dijo nunca antes qué era lo que tenía, pero ahora le podía poner nombre. ¿Qué otro nombre le podía poner sino a la habilidad de presentir, intuir, aquello que va a pasar? De verlo todo antes de tiempo, antes de que suceda.
-Pues será eso. -dije con una sonrisa de iluminado de par en par.
-A mi me ha pasado también, que yo recuerde...
¿A él también le había pasado? No puede ser. Osea que no era el único.
-...un par de veces.
¡Ah! Bueno. A mi me pasa constantemente.
-Luego resultó que realmente sí había estado dos veces en el mismo sitio, y con los mismos compañeros cuando lo sentí...pero creo que nadie más se dio cuenta.
Claro la clase es el único sitio donde se pueden repetir las mismas situaciones con la misma gente. No puede haber muchos sitios más donde eso suceda.
-Me pongo en tu lugar.
-¿Me entiendes? -sí, aparte.
-Que te cambio el sitio, que empieza la clase.

<<"Mientras le dejaba con la palabra en la boca, colgando, abierta, me senté donde donde él estaba que para mi suerte y por fortuna se encontraba justo al lado derecho del asiento de Marta. 
Se acercaba el profesor de física y mientras todos nosotros nos íbamos sentando, y alguno más se cambiaba el sitio por lo que no me sentía el único con derecho avisando como los demás a los dueños de los respectivos pupitres. Marta me miró y sonrió, como cabía de esperar ya que era de costumbre en ella... pero supongo que no saludará a todos por igual. Yo le devolví el saludo moviendo los dedos de la mano. Bookm! Filiberto daba un golpe con su libraco con hasta un zoo -de lo más particulario- y empezaba a explicar mientras todos los más avispados tenían ya el libro abierto por la página correspondiente del tema 15, la 232, lo sé porque lo había visto como otras tantas veces así que abrí el libro a la primera... supongo que estas cosas pasan porque lo tienes ya gastado o arrugado de tanto abrirlo y las páginas se despegan más fácilmente cuando ya han sido visitadas."
-Bien, hoy vamos a dar el entrelazamiento, el cuántico, por supuesto, como bien sabréis hay muchos ejemplos de entrelazamientos... como los cordones de mi zapato.
-Jajaja- Reían mientras le miraban los mocasines que enseñaba desde lo alto de la tarima.
-Como os habrá explicado Bilma, la paramnesia puede ser otro ejemplo en los que se hacen dos conexiones sobre un mismo escenario en momentos diferentes... aunque yo creo que es más por el hecho de que es el mismo sitio que porque lo recuerdes igual, vamos. Bien, ¿por dónde íbamos? 
-La página 232.
-¡Ah! Sí. El entrelazamiento cuántico... Gracias Isabel.
-Marta.
-¿Qué?
-Estaba pensando... en que si podríamos vernos después.
-¿Para qué? Si nos vamos a ver luego.
-Me refiero después de clase.
-Ah, vale.>>

"Qué bien sonaba en mi cabeza, pero ¿sería eso mismo lo que pasaría por su cabeza? ¿Cómo puedo estar dudándolo ahora mismo? Sabes que si empiezas así, entras en un bucle de incertidumbre y acabas por no hacerlo. ¡Se lo digo ahora mismo!"
-¡Marta!
-Shhhh... silencio ahí atrás. Isabel está leyendo:
Puedes unir dos partículas en un sistema que te permitirá saber el estado de una y de otra a tiempo real con solo observar una. Las aves utilizan este sistema para orientarse el norte y no perderse de camino en los cambios de estación.
-Muy bien. Otro ejemplo de lo más interesante es el de una fotografía. ¿Vale? Tú coges y haces una foto y, lo que dice la física es que hasta que no ves esa fotografía, ese hecho, puede ser cualquier cosa... un cúmulo de ondas de probabilidad que se juntan en el momento en el que miras la foto. Si yo le hago una foto a mi prometida, después la podré ver en casa...
-Sí, pero sí sabes lo que va a salir. Ya lo has visto.
-Pero hasta que no se junta las ondas de probabilidad y lo ves en la foto no.
-Ya, pero quiero decir, ya han -¿cual es la palabra? cohesionado...- fluctuado en el momento en el que captas el momento.
-Sí, pero como decíamos el momento se puede entrelazar cuánticamente para asociar lo mismo en situaciones diferentes. Pero depende de la cantidad, por supuesto, de información que se vaya a tramitar. Pero bien pensado.
-Oye, ¿y cómo es que sabes tanto del tema? -me preguntó Marta después de la conversación con el profesor. ¿Qué probabilidades había de que estuviera sucediendo?
-Pues... porque me gusta. Me gusta mucho. Leer, saber... ya sabes.
-Pues ya me enseñas cuando no me entere de algo.
-¡Claro!
¡Mierda! Otra vez que podía habérselo dicho y no lo he hecho. ¿Porqué pienso en hacerlo antes de hacerlo? Tendría que dejar de pensar tanto si no fuera porque pensar me dará la respuesta.
-Sigamos con alguna de las predicciones de Einstein como, por ejemplo, ¿alguien sabría decirme cuántos estados tiene la materia? -preguntaba bajando por la primera fila.
-¡Sí!-salió Isabel- Cuatro. Líquido, sólido, gas plasma.
-Incorrecto. Os mintieron. ¿Alguien sabe decirme cómo es el otro?
-Frío. Helado.Tanto que ni los átomos de un sistema pueden moverse.
-Así es. -me dijo tranquilamente llegando hasta donde estaba yo. -Muy bien campeón, ya sigo yo la clase. -me espetó bajito. -A ese estado se le llama, porque ningún otro le ha puesto otro nombre, Condensado de Bosé-Einstein. Dos sistemas idénticos entrelazados entre sí en este estado, podría teóricamente abrir las puertas al teletransporte.
¡Vaya! Exclamaron los más sorprendidos.
-Pero no creo que vivamos lo suficiente para poder llegar a ver los primeros avances y máquinas del tiempo, y el espacio. Ya que, diganme, ¿Si te puedes desplazar de un lugar a otro, no estás ahorrándote el viaje laborioso de tener que viajar en medio de todo el tráfico? ¿No es al fin y al cabo un nuevo medio de transporte que controla el tiempo? Así Alex no llegaría nunca tarde a clase, ¿verdad?
Jajaja Bueno, sí, porque creo que se dejaría el despertador puesto tarde.
Nos ahorraría mucho tiempo, sí, pero el tiempo de vida sería el mismo y no podríamos más que desplazarnos de un espacio-tiempo a otro, pero no podríamos cambiar lo que ya está hecho... solo, quizás, llegar a tiempo. Riiing Así que, no lo olvidéis chicos, -finalizaba mientras todos se ponían a recoger rápidamente- no desaprovechéis vuestro tiempo de vida que solo tenéis uno, y disfrutarlo como podáis, no os arrepintáis nunca de nada y no tengáis miedo a enfrentaros a lo desconocido.

Esas últimas palabras que no muchos pudieron oír, quizás sí oír, pero no prestándole atención me marcaron tanto que aún las recuerdo. Tenía que hacerlo, al menos darme el derecho a intentarlo. Aunque fuera una vez. Así que me acerqué decidido a ella mientras cerraba la mochila y le dije:
-Marta.
-¿Sí?
-¿Podríamos quedar un día... salir una tarde? ¿Este viernes te parecería bien?
-Es que he quedado.
-Pues desqueda. ¿Con quién has quedado?
-Con mi novio.
-Ah. Uh...
En ese momento supo que acabaría siendo solo su amigo, el amigo que le haría las explicaciones y suspendería con las mismas respuestas. Parece increíble que teniendo ella el mismo conocimiento, o bueno, menos, sea capaz de procesarlo mejor la explicación de lo que entendía como para sacar más nota que yo... ¡sabiendo lo mismo! Siempre he creído que es una especie de favoritismo hacia todas las mujeres, quizás porque escriban mejor, se expresen mejor o porque saben que lo van a tener más duro en el mundo laboral. Yo lo haría si fuera profesor, es algo que no puedes evitar que te caiga alguien mejor o peor, pero yo me regiría por otras cosas, como las aptitudes y hasta dónde puede llegar cada uno haciendo lo mejor que sabe; aunque -según las calificaciones- para los profesores estaba claro que podía hacer mucho más. O eso o era verdaderamente retrasado y que todo eso no sea más que una pérdida de tiempo, el dedicarme a lo que he estado haciendo toda mi vida que es pensar... a diferencia de otros que se los tiene que servir masticadito.
"No sé si estas cosas me suceden en la vida porque sí, o porque nadie se toma las cosas con tanto tiempo para pensarlas y tomar una decisión como yo. Y sin embargo, el resto del tiempo lo paso, sin saber cómo, a merced de los demás. Viendo y haciendo lo que los demás querrían hacer. Supongo que sería porque no le interesaba, aunque quizás si lo hubiera hecho antes..."

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