miércoles, 1 de noviembre de 2017

Llevo toda mi vida tomando té.
Desde que nací ya aspiraba a... algo cuando mi madre ponía las teteras en marcha. Tuve problemas de asma y me vaporizaban con una máquina mentol o algo así para que pudiera respirar. Hacia calor.
Pero nada como el calor humeante de un buen té recién hecho.
Desde que descubrí edulcorantes que sustituían a los cancerígenos azúcares naturales... empecé a hacerme un tipo de té, verde, con leche de soja (pues la leche de animal no me gusta) (té inglés) y miel empecé a modificar las cantidades. Inconsciente.
No sabía que llegaría el día.

Tras servirme una tercera taza de té en el mismo día, mismo momento...:
-¡Eureka! ¡El té perfecto! Las proporciones óptimas y correctas respecto a lo que equivale exactamente una taza de té con menta (hierbabuena). ¿Cómo...?

Pobre de mí. Nunca había hecho mediciones de las cantidades puesto que una cucharilla es indeterminante... me quedaría sin saber cómo volver a repetir aquel acontecimiento y hecho histórico en mi vida que marcó mi paladar con un simple sorbo... cambió mi vida.

Nunca más volví a repetir aquella portentosa hazaña...

domingo, 14 de mayo de 2017

La paradoja del hombre triste

Un hombre importante para los negocios, pobre, pero que sus ideas valen miles de millones de dólares, es contratado por una empresa de videojuegos para escribir y elaborar el argumento, la trama y los personajes de una serie de aventuras gráficas pero tiene graves problemas económicos, falta de amor y autoestima, por lo que un gorila le hace compañía con la intención de que no se suicide, solo para vigilarle. Cada poco tiempo cambia de compañía de seguros porque los trabajadores admiten que no se sienten cómodos intentando entablar una conversación con él, que los deprime y les hace preguntarse por la vida misma si están haciendo lo que de verdad quieren y no por lo que su cuerpo y sus músculos dictan. A pesar de tener un piso en lo alto de un rascacielos en NY, vive en un apartamento pequeño e íntimo por esto mismo.
-¿Cómo puede hacer la empresa, sin contratar un psicólogo, para que mejore a nivel personal y sea capaz de realizar el trabajo para el que se le ha llamado?
-¿Una psicóloga?
-Esto es serio.

MARIA:
Hello

MARIA:
¿te gustaría conocerme mas de cerca?

MARIA:
¿A que hora nos encontramos?

-Un poco rápido vas, primero tendría que saber dónde vives.

MARIA:
ola

-¿Quién crees que mas fuerte un hombre o una mujer?

¿Emocional o físicamente?

MARIA hace unos minutos:
Algo sucede que Internet trabaja lento, si me desconecto nos comunicamos mas tarde.

-Eres un robot, si ya lo sabía. No es la primera vez que me pasa, imagínate llegar a la cama con una chica creyendo que es humana pero en realidad es un robot. Para las tías con los hombres no pasa nada, pero para nosotros... es duro.

Debí haberlo supuesto estando en el restaurante sin que ella comiese nada.

M.A.R.I.A.: Mujer Andrógina Robot con Inteligencia Artificial.

Salir con una chica y que sea un robot. El colmo de cualquier ingeniero japonés.

martes, 24 de enero de 2017

Introducción al marcianismo

Pensé, "Voy a ser el primero en hacer contacto con vida inteligente alienígena... ver si luego me matan por eso." y luego resulta que no. Prefería morir de una forma difícil, por el FBI, la CIA o los técnicos de investigación aeroterráquea español porque lo que es inteligencia militar por aquí hacía falta. Somos muy del CSI, pero apenas tenemos dos astrolabios que den noticia en pantalla en el telediario.

En una de mis salidas nocturnas para perderme con el coche por la montaña encontré un telescopio con una antena estretoscópica también -o así sonaba a mí- abandonada a la suerte del que la encontrase pa' él.
Lo cierto es que quien hubiera estado aquí no recogía desde hace tiempo, pensaba entrando por la puerta. Huellas de coches habían fuera marcadas en el barro como esperando, y no por mi coche que aparqué lejos en unos matorrales sin recordar ahora mismo si cerré o no con llave. La puerta metallica golpeaba tras mi paso dejando una habitación lúgubre y con un olor a podredumbre y ratas mojadas por alguna alcantarilla cercana. Se respiraba la humedad del ambiente, pero olía como a rancio y ácido al mismo tiempo, tanto que invitaba a taponar con los dedos las fosas de la nariz con el propósito de dejar de respirar. El problema se pasó entonces a la boca ya que este olor se podía hasta saborear. Di a la luz. Y vi cómo gusanos masticaban alrededor del agujero dejado por la trayectoria de una bala entre ceja y ceja que resultó alojarse impactada en la pared metálica, al otro lado del sillón del que supuse que era científico debido a su bata blanca tintada con tonos rojos oscuros.

Me acerqué hasta la mesa donde estaba el estetoscopio gigante y divisé en el cielo algo gigante. Era un planeta verde. Pero con pocos aumentos. Decidí cambiar eso girando una ruedecilla en el macroscopio y entendí la catástrofe. La catarsis del científico pudo ser revelada... ¡Había vida inteligente al otro lado!
Pero esto... claramente había sido un asesinato. Alguien habría entrado, alertándose del inmediato descubrimiento hecho público de alguna forma ante los medios de comunicación y fuerzas gubernamentales -que vaya terminación para alguien que trabaja de funcionario chupando del bote- habían irrumpido y le habrían asestado tal rápido disparo certero que ni él mismo habría podido reaccionar de otra forma que con miedo. Se le veía en la pose congelada en el instante de su muerte. Sufriría un rigor mortimer cuando apretó el gatillo. Por lo que, seguramente, estarían de camino para llevarse al cadáver que permanecía sorpresivo por su boca tan abierta y un ojo entreabierto cuando aún el otro estaba cerrado. Algo les habría hecho tener que salir y marchar para no poder encargarse de limpiar la zona. Quizás se encargasen de eso los CSIs y esto quede en un susto para la prensa quien por supuesto habría borrado a tiempo toda prueba evidente de vida más allá... en otra Tierra. ¿O habrán sido los extraterrestres los que lo habrían matado al verlo? No lo descarto, quizá eran tan majestuosos o extraños que sufrió un shock en el instante... ah no, que murió de un disparo.
Quién sabe, quizá pudo haberse dado la vuelta en su sillón de ruedas y el origen de la trayectoria del disparo fuera otra...

Una nota del por lo visto religioso y creacionista científico estaba encima de la mesa: "Si encuentro vida inteligente me pego un tiro." Aunque quién lo diría, más bien parecería un apuesta rusa con uno mismo por su respuesta tan exagerada. ¿Habrá estado así con cada planeta al que habría estado mirando y observando por primera vez en la historia del espacio?

Prólogo de Un cuento espacial

"Me pregunto si hay vida inteligente más allá..." haciendo referencia a más allá de sí mismo a la par que en la tierra. Él es el pájaro que decide caminar solo. Cuando vas solo te cuesta más volar que si vas en grupo porque tienes más viento en tu contra, y si decides caminar es porque no tienes prisa. Miras al espacio exterior, y miras el cielo, y ves más allá de donde ningún otro pájaro libre ha visto antes. Y no te puedes evitar preguntar: -¿Habrá vida inteligente más allá?

Y como te gustaría salir de dudas piensas en cómo podrías contestar. "¿Se tiene que ver el más allá más de cerca, no? Así que se te ocurre un plan para acercarte a ver mejor. Decides irte a lo más alto de la ciudad. Al lugar más alto. Ves muchas casas altas, edificios desde donde puedes divisar terrazas más altas. Pero un campana suena mucho más allá, mucho más alto que donde estabas y decides poner rumbo hacia allá. Cuando te das cuenta, empiezas a pensar que desde la catedral seguro que no lo verás mejor, además, ya hay muchos intentando mirar desde ahí, pero parece que el reflejo del dorado Sol les impide ver más allá, les ciega tanta luminosidad. 

Otra idea que surgió fue ir al edificio más alto, aquel rascacielos del centro tan importante,
 pero otra vez, y esta vez peor, muchísimos cuervos no contentos con intentar mirar más allá que nadie, miran de reojo a otros rascacielos más pequeños cuando puede que ellos quieran lo mismo, pero sin menoscabar a los que están más abajo intentando mirar más allá de un día de nublados rascacielos. De estos había unos pocos cuervos, ya que de lo oscuro que es su traje la luz los calienta demasiado como para que el calor les hiciera sentir algo diferente que la sensación agobiante de ser ellos mismos, notando su cuerpo con cada gota de sudor resbalando por su negro plumaje.
Incluso desde el Everest hace demasiado frío como para poder pensar más allá, en vez de solo sentir dentro ni llevando trajes naranjas ni de ningún tipo de colores.

Para cuando atardecía yo y unos cuantos llegábamos a una pequeña cima verde y natural. Bajo la montaña, nubes. Nubes bajo nuestros pies.

-Yo me pregunto si hay vida inteligente aquí.
-Oye, sin faltar.
-No, me refiero, si están entre nosotros...