domingo, 7 de septiembre de 2014

Un día perdido

Un perdido que se escapa ante mis ojos no es nada en comparación con lo que es perder páginas u horas de trabajo. Yo, que casi al día no toco la guitarra y compongo una canción improvisada con o sin letra o que si no escribo un poema con inspiración o escribo parte de otro proyecto no me siento realizado, necesito organización. No puedo estar componiendo para nadie, escribiendo para nadie ni criticando, investigando o sufriendo sentado para nada. ¿Y si tuviera que estar haciendo deporte para que no se me atrofien los músculos o no se me vicie la costumbre del sedentarismo?
Ah, pero no, yo soy práctico, tendría que estar haciendo algo de provecho aunque sea para no estar haciendo nada.

A veces creo que soñar es mucho más ilustrativo y práctico que estar despierto o fuera de cualquier texto. Leer no es solo un placer, es el negocio por donde se nos brinda imaginación visual a pesar de que no veamos más allá de letras. Y es que estas en un orden pueden hacerte ver cosas que ni aunque estuvieran dibujadas verías mejor... a menos que estés ciego, en cuyo caso no estarías leyendo esto sino oyéndolo, que para el caso es lo mismo.

Continúa a: Condenado por la sociedad