Era la última nube. Si la explotaban, el planeta estaría condenado.
Y allí iba Ganímedes sin resistencia de Zeus ni de mortales volando para incendiarla y dejar Venus inhabitable.
El siguiente planeta... el planeta azul.
Era la última nube. Si la explotaban, el planeta estaría condenado.
Y allí iba Ganímedes sin resistencia de Zeus ni de mortales volando para incendiarla y dejar Venus inhabitable.
El siguiente planeta... el planeta azul.
«Y Dios creó un ser divino con derechos de los dioses al que le puso pelo lo puso a cuatro patas y le dio un esclavo humano a su imagen y semejanza para que como los designios cósmicos sea un subordinado al igual que él frente a otra raza divina del universo que desconocemos en todas sus dimensiones»