miércoles, 24 de abril de 2013

Partiendo

Y corriendo, como mejor despedida, hablábamos de nuestros placeres de la vida;
cuando llegamos, el tren aún en la salida,
demoró el tiempo justo para que ella tuviera el tiempo y la iniciativa de acercarse
junto a su amiga; que mientras tras varios amagos de partir,
nos despedían amistosamente con la mano, hasta ese precioso y preciso momento en el que ambos nos dimos un típico dos besos.
Dos besos que cerraron y cerró diciendo "adiós", de un "adiós" que los dos sabíamos que era un "hasta luego".

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